Nosotros lo hemos utilizado para trabajar el frío del congelador y el calor de nuestras manos, y los colores del invierno.
En la primera sesión presentamos los objetos que íbamos a utilizar, haciendo hipótesis de para qué servía cada uno de ellos (agua, pintura, embudo, jarra, plásticos para hacer cubitos). Mezclamos agua con pintura de colores del invierno (azules, lilas y grises) y rellenamos los plásticos con una jarra y un embudo. Una vez supimos para qué se utilizaba el plástico con "bolitas" (como dijeron ellos), buscamos un sitio dónde poder congelar el agua mezclada con pintura. Fuimos juntos a guardarlos en el congelador y a esperar!
Al cabo de dos o tres días, fuimos a ver qué había pasado con el agua y la pintura. Estaba dura y fría, qué divertido tocarla! Pero aún no sabíamos qué íbamos a hacer con ella... Finalmente, después de deducir que no podíamos poner esos cubitos en una vaso para beber ("la pintura es veneno!"), alguien pensó que si la pintura era para pintar, a lo mejor también podíamos pintar con los cubitos!
Mangas arriba y manos calentitas preparadas! Se lo pasaron en grande, cada uno a su estilo...
